El sacerdote jesuita Fernando Picó, nacido en Santurce el 15 de agosto de 1941, falleció durante la mañana de hoy. Picó, inició sus estudios primarios en el Colegio San Ignacio. Allí comenzó sus inclinaciones eclesiásticas. Se trasladó a los Estados Unidos de América con el propósito de estudiar su bachillerato en la Universidad de Springfield. Luego, estudió en la Universidad John Hopkins. Su inclinación religiosa lo llevó a unirse a los jesuitas y a convertirse en sacerdote.
Fernando Picó fue uno de los máximos estudiosos del siglo XIX en Puerto Rico. De hecho, es considerado la máxima autoridad en esa área de estudio (siglo XIX) en el campo de la historiografía isleña.
Picó se distinguió por su total entrega a la causa de los menos afortunados y al estudio de la historia de Puerto Rico. Es reconocido por la labor social que realizó por muchos años en Puerto Rico. De hecho, coordinó por diez años el Proyecto de Confinados Universitarios en el Anexo 292 de Bayamón y el Anexo de la Penitenciaría en Las Malvinas. En 1971, hizo sus votos finales como sacerdote y, luego, terminó su doctorado en Historia. Su formación incluyó estudios en España, Italia y Estados Unidos. También se desempeñó como catedrático de Historia de Puerto Rico. Picó es considerado como uno de los grandes intelectuales e historiadores de la Isla. En términos generales, Fernando Picó se convirtió en un modelo para los historiadores de nuevo cuño en el país, por su dedicación, su compromiso y su entrega a la tarea de historiador.
El profesor Fernando Picó fue uno de los historiadores puertorriqueños que mayor amplitud de temas ha abordado en esta generación, con particular interés en los procesos que enlazan la dominación estatal con la vida cotidiana de la ruralía puertorriqueña de los siglos 19 y 20. Integró ejemplarmente las tareas del investigador, del teórico y del educador. Su gran legado perdurará por simpre. QDEP.
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